Historia
La construcción primigenia de la fábrica data del 1890 aproximadamente. Desde ese momento estuvo activa hasta el 1971, dándose de baja en Industria en la década de los ochenta. A pesar de su complejidad y de haber sufrido diversas modificaciones y mejoras a lo largo del tiempo, mantuvo siempre un espíritu de molino maquilero.
Moler o molturar implica someter cualquier producto a un proceso de trituración.
En el molino de Losacio se molía:
Grano de trigo; del que se obtenía harina, salvado (cascarilla que recubre el trigo y cuyo uso está destinado a la alimentación animal)y un subproducto denominado tercerilla.
Otros cereales; como cebada, centeno, avena, algarrobas, etc. para la elaboración de pienso como alimento para el ganado.
El Molino de Losacio, es un molino muy peculiar pues representa un modelo de cambio y evolución en la molinería. Técnicamente constituye un punto intermedio entre el molino tradicional y las modernas fábricas de harina. En función de su capacidad de molienda (más de 5000kg de producto diario), El Molino de Losacio estaba considerado por Industria como una fábrica de harinas. Pero su método de molturación; “baja molienda” y su sistema de comercialización; “auto abastecimiento y cobro en maquila” lo inscriben dentro del ámbito de la molinería tradicional y nos permite clasificarlo como un molino maquilero.
El término maquilero implica que la forma de cobro era en especia. La maquila era una medida de capacidad preestablecida por el gobierno que constituía el porcentaje de cereal que cobraba el molino a cambio del préstamo de sus servicios. Este porcentaje era aproximadamente el 10% del producto que se molía.
El rendimiento diario de esta fábrica, estaba condicionada por diversos factores: su ubicación en el ámbito rural, su sistema de producción y las características del tipo de cliente. Normalmente su volumen de actividad estaba directa y totalmente relacionado con los ciclos agrícolas.
El molino fue sufriendo reformas continuas. La modificación más importante se realizó en la década de los años cincuenta y afectó tanto al sistema motriz como al de molienda. Estos cambios supusieron el paso de un proceso de molienda en seco a un proceso en húmedo, lo que mejoró la calidad de los productos y el rendimiento de la fábrica. Aún así, con la modernización y evolución de las grandes industrias harineras y el progresivo abandono de las zonas rurales, comenzó el declive de las pequeñas fábricas de gestión tradicional y familiar.
Son varios los factores que obligaron al abandono de la actividad del molino; entre ellos cabe destacar:
El despoblamiento progresivo de las zonas rurales.
La aparición de grandes fábricas de harinas de mayor capacidad y sistemas más modernos.
El progresivo abandono de la agricultura minifundista y familiar.
El progresivo abandono de la ganadería familiar.
El desarrollo de grandes industrias de panificación que reducían notablemente la realización del pan de forma artesanal
